Quantcast
Channel: TORNARUGBY
Viewing all articles
Browse latest Browse all 193

Jornadita de VI Naciones

$
0
0
Hacía demasiados años que el Dragón pisoteaba al Cardo. Ayer no. El ciclo galés que se inició con el Grand Slam de 2005 toca a su fin. Fueron buenos años, inusitados desde la era de las Patillas de JPR. Los años de Gethin Jenkins, por hacer uso de la metonimia. No es que el rugby escocés fuera apabullante. Fue simple y eficaz. Y puso de manifiesto, sobre todo, las carencias de País de Gales y, por fín, algún concierto de ideas en Escocia. No son fuertes en melé, pero si dinámicos y muy batalladores en el juego abierto del pack. Ayer, además, Finn  Russell estuvo entonado y movió realmente bien a sus tres cuartos (que ensayen ambos alas, por su sitio, es hoy significativo). 20 puntos a 0 en la segunda mitad demuestra la solvencia de la victoria. Una mitad en la que la posesión fue abrumadoramente local, a través de despiadados rucks y movimiento ágil del balón, que hizo parecer infantiles los esfuerzos de Warburton, Moriarty (el único decente en País de Gales) y Tipuric. Justo el 29 a 13 final y amplia satisfacción en el rostro de John Barclay, que suplió como algunos esperábamos tanto a Josh Strauss como la capitanía del sobrevalorado Laidlaw.

En Dublín Francia pareció exactamente lo que es. Un equipo romo y sin dirección ni sobre el terreno ni técnica. No es que podamos esperar mucho. El XV del Gallo sufre las limitaciones a que el TOP14 le somete. Cuando los jugadores franceses no son determinantes en su competición no cabe pedirles milagros. Su medio de melé, Serin, es el único que tiene algo de rugby en sus manos y botas, pero es un naúgrafo en un mar de mediocridad. Ayer intentó jugar, y es de agradecer, pero poco pudo hacer. Como hicieron los irlandeses, a los que tampoco arredró la lluvia atlántica, que no sirvió de excusa para el previsible partido a que invitaba el tiempo: garryowen va, up and under viene. Sin deslumbrar, Sexton dirigió aceptablemente y eso le bastó para (drop y conversiones mediante) asegurar un partido que le brindó especialmente el acierto de Conor Murray (ensayo y buen juego táctico). 


Eddie Jones

Por lo demás una lectura superficial del partido de Italia demostraría empeño en dejarnos en mal lugar a los que aventurábamos soberana paliza. Y digo bien, superficial. Porque el empeño fue inglés. Qué desastre de primer tiempo. Qué ingenuidad ante la leve añagaza de no formar agrupamiento en el suelo (sólo Dallaglio en el estudio de la ITV declaró conocer los antecedentes australes) y qué agudo Roman Poite: "I'm a refereee not a coach!". El engañoso 5 a 10 con que se cerró la primera parte no lo es menos que el 36 a 19 final. Lo más espectacular (la carga de Launchbury y los dos ensayos de Nowell) no fueron más que clamorosos errores italianos. La cara de Eddie Jones (como la de Gatland ayer) era todo un poema. No en vano dicen que ha declarado tras el encuentro que "eso no ha sido rugby". Añadió, con cierta malicia, que felicitaba a sus rivales porque han conseguido lo que pretendían "una derrota corta".  Está todo dicho.

Viewing all articles
Browse latest Browse all 193

Latest Images

Trending Articles