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Letra y espíritu a veces no van de la mano. El legislador deja algún resquicio y los profesionales del Derecho lo aprovechamos para mejor defensa del interés de nuestro cliente. Es lo que sucedió, exactamente, en Twickenham el domingo pasado. La defensa italiana fue estrictamente legal, aun siendo contraria al espíritu de la ley que gobierna el juego: ni contacto, ni disputa, ni líneas de fuera de juego. Pero legal. No era, además, novedosa. Es variante que equipos que se saben inferiores en el agrupamiento, en la zona de eventual ruptura de la línea de contención defensiva que se despliega ante el juego cerrado, han usado desde hace mucho tiempo. Ahora ha adquirido exposición mediática y a mí, particularmente, me sorprende que todo el mundo (con la excepción de Lawrence Dallaglio en la ITV) se haga de nuevas. A la capacidad de reacción del rival queda el éxito de la táctica desplegada. Que en el caso inglés quedó expuesta al universo mundo: qué limitación. Lo que nos habla de jugadores rígidos en sus procesos mentales, sin capacidad de lectura del juego. Parece que se impone la interpretación arbitral de que el atacante no puede formar agrupamiento por el mero contacto con el rival, si este elude la confrontación, y por lo mismo no bastaría la acción de asir al defensor para atraerlo al agrupamiento. Sea. Otras opciones hay, esencialmente aprovechar el eje vertical y comprometer a los expectantes defensores en una serie sucesiva de placajes hasta que no vean más opción que la entrada en el ruck, porque sabrán inútiles a los compañeros que graviten alrededor de la presunta línea de pase al lado abierto. Bastante simple, pero fuera del alcance de los Marler, Cole, Hartley y Care, pero coherente con su limitación para el uso de subordinadas.
Se plantean ahora los sesudos legisladores reunir comités de expertos (nos vamos pareciendo cada vez más a un Leviatán estatal) para parir reforma de la norma 16, acaso atendiendo al mandato del reglamento que declara inequívocamente que
"Las leyes aseguran que las características distintivas del Rugby sean mantenidas mediante scrums, lineouts, mauls, rucks, kick offs y kicks de reinicio. Asimismo las características que son claves, relacionadas con la disputa y la continuidad: el pase atrás y el tackle ofensivo".
No aventuro nada bueno, porque la deriva legislativa para complacer al espectador y al zeitgeist lleva indefectiblemente al rugby descafeinado. Así que ¡protesto!