Quantcast
Channel: TORNARUGBY
Viewing all articles
Browse latest Browse all 193

Deutschland, Deutschland unter uns

$
0
0
El título es una parodia, va de suyo. Voluntarismo, quizá. Espero que no. Fuimos muy superiores a Alemania y deberíamos seguir siendolo, aun con los refuerzos que cada bando busca y encuentra, principalmente en el Hexágono nosotros, al sur del Limpopo ellos. Fuerzas ajenas a lo que fue un deporte para los jugadores y ya no lo es -acostumbrémonos- empujan a favor de un Arminio que verá en  nuestras huestes a legiones romanas, como ya imaginó a los dacios hace un mes y miren lo que pasó. No quiero ver a Feijóo gritando, desconsolado, "Quintili Vare, legiones redde" porque ya no habrá un Druso que recupere águilas e insignias. Un mercado populoso atrae la atención de World Rugby y los capitostes de la Deutscher Rugby Verband se saben mover al unísono.

El rugby alemán es más antiguo que el nuestro, nacido al abrigo de universidades vetustas del suroeste alemán, Heildelberg la primera, y vivió años de auge en las décadas de entreguerras, al abrigo del rugby francés, proscrito por las Home Unions por sus excesos, pecuniarios y de carácter. Algo parecido a lo de este lado de los Pirineos y por eso fundadores de la FIRA con Cataluña y los demás continentales interesados en el asunto oval, rumanos, checos o italianos (salvo la Federación española que ingresó al poco merced a la catalana). Lo cierto es que Francia nos quería contricantes para desarrollar su juego y así empezó a arraigar esta rara fe. Luego las guerras acabaron de raiz con el rugby hispánico y teutón, expulsado con la paz del fervor público por el juego de pelota por antonomasia en su versión profesional, tan del gusto de toda laya de gobernantes pues es solaz y distracción del respetable soberano.

Alemania en el Central, 1952
El primer España v Alemania se jugó en Barcelona un 9 de junio de 1929 (15 a 24 para Alemania) y el segundo en Dresde el 18 de mayo de 1930 (5-0 para Alemania). En ambos aparece ya el ilustre apellido Massoni con nuestros colores. Luego el mundo en guerra y hasta 1952 no se reanudan los enfrentamientos, en una inicipente Copa de Europa: Madrid, 6 a 17 para Alemania; 1954, Frankfurt, 6 a 6; 1957, Barcelona, 3 a 16 para Alemania; 1959, Heidelberg, 19 a 14 para Alemania; 1960, Barcelona, 9 a 3 para España; 1962, Hannover, 14 a 6 para Alemania; 1979, Heidelberg, 6 a 14 para España; 1983, Hannover, 13 a 11 para Alemania; 1986, Madrid, 50 a 0 para España; 1990, Madrid, 19 a 8 para España y otros tantos hasta el empate del pasado año que podrán encontrar en este enlace, no siempre acertado y que aquí he completado para estos enfrentamientos. En resumen, 8 victorias para Alemania, dos tablas y 11 para España.

Pude ver la inédita victoria de Alemania sobre Rumanía. Se puede decir que los rumanos perdieron el partido, pero ello no quita mérito a los alemanes, que llevaban casi un mes concentrados planeando la fase definitiva de una temporada internacional que iniciaron ganando a Brasil (lógicamente) y a Uruguay (primera sorpresa, pues era evidente para casi todos que una derrota americana con nuestro XV era posible, pero que la selección mundialista sucumbiera con los alemanes no lo era). Juegan simple y no desmayan, con querencia por el eje vertical y aprovechando la zona de ruptura cercana a los agrupamientos. Plantearán dura batalla delante, algo que antaño podíamos temer, no hoy. Sin embargo nuestra baza ha de ser ese juego abierto que esperamos hace jornadas y que debe concretarse en el Sportpark Höhenberg de Colonia. Son rivales directos en el camino que muchos creen lleva al éxito. Dejo dicho ya que si llega para nosotros Japón 2019 temo el purgatorio que pena Portugal, que está siendo más doloroso que el nuestro de 1999.

Es aventurado extrapolar experiencias propias al rugby internacional. Más cuando aquella resultó toda una impostura. Así que confieso que he jugado con alemanes como rivales. Con el club de Heidelberg, precisamente. Pero solamente eran medio alemanes, o por mejor decir, sus mastodónticos delanteros eran alemanes y sus tres cuartos endiablados franceses de la vieja escuela. Nos ganaron la final del homérico torneo de Pascua de Groninga, en 1998, durante mi segunda juventud (principio ahora la tercera) con mis amigos de San Isidro Rugby Club de Madrid. Traje ausencias de regreso al sur, que olvidaría de no ser por la necesidad periódica de engrasar los flejes metálicos de mis rodilleras. Eran grandes esos tipos, mucho. Y eso les limitaba, porque lo esperaban todo de su envergadura y no contaban con delanteros pequeños y desplegados. Pero no pudimos con el último rugby champagne que ví en directo, inopinadamente exhibido bajo los colores de Heidelberg. Conservamos nuestras águilas, sin embargo. Cuídate, Santos, de queruscos, angrivarios o caucos. Vuelve con las tuyas y con Arminio encadenado.



Viewing all articles
Browse latest Browse all 193

Trending Articles