No tomen la metáfora como algo lírico. No creo que se pueda predicar tal cosa del muslim Sonny Bill Williams, un tipo generalmente sensato de heterodoxa carrera deportiva e incursión significada en deportes de contacto distintos del nuestro. No. Tómenlo en el sentido que predicara Nassim Nicholas Taleb hace años. Hoy SBW ha sido un "cisne negro". Su expulsión, perfectamente ajustada al reglamento, ha sido el suceso de gran repercusión, probabilidades imposibles de calcular y efecto sorpresa, que nadie anticipaba como evento posible. La estadística, además, lo confirmaba. O la historia, como quieran. El último All Black expulsado en un partido fue el venerable Sir Colin Meads, en 1967, en Murrayfield (véanlo aquí, en un noticiario de la época que destaca que no se había expulsado a ningún All Black desde 1925).
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Faletau marca en el segundo partido |
La serie empatada ya es un éxito para los expedicionarios. Los rostros de los exhaustos vencedores nos decían, sin duda, más allá de declaraciones previas al partido, qué habían esperado. Que para ellos el acontecimiento también era sorprendente. Por eso han salvado la cara y la cuenta de pérdidas y ganancias. Por simpatía a lo que fueron, me alegro. Y por ver la reaccción All Black, que ha de ser como la bíblica cita del Deuteronomio, 32:35: "Vengeance is Mine, and retribution, in due time their foot will slip; for the day of their calamity is near, and the impending things are hastening upon them."